Cuando eres joven y estás luchando por tener todo – carrera profesional, familia, hijos y una vida – encontrar y construir lazos con otras mujeres como tú puede hacer una gran diferencia en cómo afrontas tu elección.
Por fin llegó el fin de semana y no hay que madrugar. Sábado por la mañana. Un precioso y soleado día de primavera. Mmm, ¿tengo mejor plan que irme desde las nueve y media de la mañana hasta la hora de comer a un evento de mentoría para mujeres? Quizá sí, ¿verdad? O no…
Este sábado tuve la oportunidad de participar en el Mentoring Walk de Madrid, un evento para reunir a mentoras y mentees que forma parte del Global Mentoring Walk, una iniciativa asociada a Vital Voices Global Partnership. Esta organización fue fundada por Hillary Clinton en 1997 y su objetivo es identificar, formar y empoderar a mujeres líderes emergentes y emprendedoras sociales a escala global.
Este Mentoring Walk, traído a España por Sandra Slavskis, la consejera delegada en Iberia de ELN Danone, es una actividad creada en 2008 que se ha repetido en más de 550 ocasiones, a través de 80 países y 150 ciudades a escala global, reuniendo a más de 15.000 mujeres. El origen de esta idea partió de Geraldine Laybourne, fundadora y CEO de Oxygen Media, como respuesta a las peticiones mentoría de mujeres más jóvenes. Geraldine, disponiendo por supuesto de poquísimo tiempo, propuso a la primera de aquellas mujeres que la acompañara en su paseo semanal de los sábados por la mañana. Y resultó tan bien aquel encuentro, que se sucedieron otros, y acabo exportando la idea a Vital Voices y a toda su red internacional.
El concepto es simple y potente a la vez. Tras unas intervenciones, en un encuentro cordial, alrededor de cien mujeres se han distribuido por parejas de mentora y mentee y así hemos caminado por espacio de un par de horas por Madrid. Las conversaciones con mi mentee, a la que acababa de conocer, abiertas y naturales desde el primer momento, me han llevado de nuevo a aquella época de actividad frenética y conciliación inalcanzable, cuando mis hijos eran pequeños, trabajaba denodadamente como directiva en una multinacional y apenas contaba con lazos con mujeres como yo.
Mi mentee es una mujer profesional joven, capaz y comprometida, madre de dos hijos pequeños, que ha llegado a formar parte del Comité de Dirección de su empresa, una multinacional del sector de distribución. “Apenas conozco a mujeres como yo”, me dijo. “Claro que tengo compañeras en el trabajo, pero no son tan cercanas”, comentaba. “Mis amigas realmente no me entienden, se sorprenden de mi horario, no saben por qué trabajo tanto y hasta me reprochan que deje a mis hijos con la cuidadora”.
Por esto precisamente es tan importante conocer a mujeres como tú. Mujeres que no quieren renunciar ni a una carrera profesional ni a una familia. Que lo quieren todo, porque piensan que tienen la capacidad de hacerlo y porque forma parte de su planteamiento de vida. Mujeres que sepan lo difícil que es, el esfuerzo y la fortaleza que implica, que tengan tus mismas dudas y preocupaciones, que compartan tus sentimientos y ambiciones. Con las que puedas hablar, discutir e intercambiar consejo. Mujeres que te van a apoyar y te van a tender la mano. Mujeres que no te juzgan. Mujeres que sí te entiendan.
El tema no es baladí. Está demostrado que la presencia de otras mujeres con características similares o que pueden actuar como role models empujan hacia arriba los ratios de retención, enrolamiento y progresión de otras mujeres. Esto funciona, por ejemplo, en un entorno tan duro como West Point, la famosa academia militar de Estados Unidos. Un estudio de las cadetes pioneras realizado por Harvard Business Review encontró que las mujeres en el primer año tenían una probabilidad de continuar de solo un 55%, si solo había una mujer más en el grupo. Pero si había una presencia mayor, entre 6 y 9 mujeres, esa probabilidad se disparaba a un 83%. Pero también funciona en entornos más amigables, por ejemplo, en la elección de estudios universitarios: está demostrado que las estudiantes tienen mayor probabilidad de escoger una especialidad técnica o STEM si tienen una profesora en estas materias, en vez un profesor (The American Economic Review, 2005).
El acceso de mujeres con talento y ambición profesional a otras mujeres similares, especialmente cuando son más jóvenes y suelen atravesar la etapa en que coinciden puestos demandantes con hijos pequeños, es fundamental. Proporciona un entorno en donde pueden ser ellas mismas, sin trabas o personajes, donde pueden debatir temas y preocupaciones que les atañen específicamente, conocer cómo los afrontan estas otras mujeres, ganar lazos, mentorías y obtener guía de carrera profesional. La carencia del mismo, por el contrario, puede producir un sentimiento de aislamiento y soledad, que eventualmente conduce a un estado de malestar y quizá hasta la renuncia.
Tuve la fortuna, cuando atravesaba precisamente esta etapa, de que una antigua colega decidiera crear un grupo de mujeres profesionales procedentes de distintas empresas, nacionalidades, edades y ámbitos sectoriales. Y aquí por fin encontré a mujeres como yo. Mujeres que me entendían y con mis mismas inquietudes. Con las que podía hablar, compartir, preguntar y reflejarme. Durante varios años nos reunimos con frecuencia para compartir todos aquellos temas que nos preocupaban: conciliación de familias con hijos pequeños, orientación de la carrera, manejo de política de empresa, gestión de la imagen profesional, creación de networking y un largo etcétera, a la vez que traíamos distintos ponentes que enriquecieran nuestro conocimiento y nuestra mirada. Con el tiempo, nos extendimos también para compartir temas personales, viajes y aficiones. Este grupo, que bautizamos entonces como Club 26, por el número de hijos que reuníamos entre todas en ese momento, sigue existiendo más de quince años después. En él nos hemos acompañado a lo largo de la carrera profesional y ha constituido una fuente de valioso apoyo y amistad.
Por esto te urjo, si eres joven y piensas que te encuentras relativamente sola, a que busques otras mujeres como tú, a través de diversos eventos, redes y oportunidades que existen en nuestro país en el entorno profesional. Y si no las encuentras, crea tu propio grupo de apoyo: da el primer paso y lánzate. Lo más seguro, es que ellas estén esperando a alguien como tú.